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La ciudad de Gera era un lugar concurrido con muchos visitantes. Como capital provincial, su población superaba los 200,000.
Esta noche, con la luz de la luna iluminando los estrechos callejones y los edificios arqueados de esta ciudad, se veía hermosa desde arriba. El sabor de la prosperidad fluía con el viento húmedo de este lugar, marcando el final del verano antes de la llegada del otoño.
Dentro de la Iglesia Luz Santa, la Diócesis de Karsuda. Vistiendo blancas túnicas sacerdotales, el Obispo Panchel miraba la calle silenciosa abajo. Su rostro anciano aún no tenía arrugas, pero el estrés le estaba tallando algunas líneas tenues.
Era tarde en la noche, y algunas luces todavía parpadeaban en la ciudad. Se podía ver a algunos peatones caminando rápidamente hacia sus hogares. Sintiendo el viento de mediados de verano acariciando su rostro, Panchel estaba ansioso.
