Con una serie de cartas ahora en mano, el siguiente paso era entregarlas. Desafortunadamente, esa parte era más fácil decirse que hacerse. Ya no tenía meses para viajar, pues la boda tendría lugar en menos de dos meses. Necesitaría reclutar ayuda, pero al mismo tiempo encontrar personas con las conexiones necesarias para entregar las cartas a los jefes de las distintas naciones no era fácil.
Hablando francamente, apenas tenía forma de entregar la carta al Rey Cornelius. Aunque, admitidamente, estaba deseando ver la reacción de los Reyes cuando encontraran a Lex en la posada. Había enviado a su hijo a buscarlo, pero ahora Lex estaba invitando abiertamente al Rey a su propia taberna, y con algún tipo de misterioso respaldo desconocido. Sería un buen espectáculo.
Podría pedir a la familia Phillips que entregara las cartas. Podría que llegaran o que no, ya que la conexión de esa familia con otras naciones tenía un valor cuestionable.
