La zona a la que llegó no era el territorio de algún noble, sino una ciudad comercial establecida por algún tipo de secta. La propia secta era bastante misteriosa y no muchos conocían los detalles de sus prácticas o propósito.
Sin embargo, eran bastante aceptantes de todos y todo, siempre y cuando obedecieran las leyes de su territorio. Además, la secta aceptaría miembros de cualquier raza sin comprometer la unidad que mostraban los miembros de la secta. Por qué los miembros tenían tanta unidad era otro misterio, y no era algo en lo que Lex estuviera demasiado interesado en ese momento.