La interrupción en la tumultuosa sala de reuniones tuvo un efecto muy prominente en todos. Todos en la sala eran ricos y poderosos, y aunque habían enfrentado muchas dificultades, pocos habían enfrentado verdadera desesperación. Como tal, cuando sufrieron el silencio mágico que cayó sobre la sala, que fue especialmente enfatizado por los golpes calmados pero fuertes en la puerta, dejaron que su imaginación se desatara.
Algunos sintieron que su perdición había llegado. Detrás de la puerta estaban los invasores alienígenas, viniendo a matarlos. Olvidaron que estaban en la Posada y no en la Tierra, sus mentes débiles y frágiles cediendo bajo la presión.