La Posada de Medianoche recibía miles de nuevos huéspedes cada día, como mínimo. Aunque la mayoría de ellos llegaba a la Posada mediante el uso de llaves doradas, suficientes de ellos venían de puertas doradas que se abrían al azar como para que Lex se diera cuenta de que la ocurrencia de esas puertas no era realmente aleatoria. Aunque aún tenía que descubrir el patrón con el que se abrían, pudo determinar que era más probable que se abrieran en áreas donde era probable que fueran descubiertas.
Parte de él sospechaba que había aún más en ello, ya que había visto unos pocos patrones extraños en los tipos de huéspedes que llegaban a través de las puertas doradas. Baste decir, era más probable que fueran personajes interesantes o significativos en comparación con aquellos que llegaban a través de la propagación de llaves doradas.
