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—Oye, ¿sabes quién era ese? —preguntó uno de los soldados que vio a Lex entrar en la pagoda. Habían sido informados de que la pagoda estaría abierta al público, así que no se molestaron realmente en detenerlo. Pero solo después de que Lex entró, a uno de los soldados se le ocurrió que no habían difundido realmente las noticias de la pagoda todavía.
Aunque tenían un plan de marketing, aún no se había implementado, así que mucha gente no debería haberse enterado todavía. A los soldados que originalmente encontraron la pagoda se les dijo que no difundieran las noticias hasta que se llegara a un acuerdo con el Posadero. Aunque esa orden ya había sido levantada, había pasado muy poco tiempo como para que las noticias se propagaran adecuadamente.
—¿Importa? —preguntó otro soldado, quien estaba demasiado preocupado con su propia asignación.
El primer soldado se encogió de hombros y continuó con su trabajo.
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