—Si aún no lo has notado, él ya está aquí. Dave... de verdad necesitas dejar de beber tanto.
Todos se giraron después de que la voz de la mujer de ojos plateados resonara por la plaza central.
Sus ojos siguieron la mirada desviada de su Líder de Clan hasta posarse en un pequeño niño con ojos heterocromáticos.
Uno de sus ojos era dorado mientras que el otro era plateado. Su cabello también era corto y de color plateado.
Estos rasgos ya eran raros de por sí. Sin embargo, la presencia tranquila que irradiaba del cuerpo del niño hacía que todos sintieran como si miraran a un viejo y sabio hombre con innumerables experiencias.
Nial notó que la atención se había desplazado hacia él y sonrió ligeramente.
—¿Ya estás aquí? ¿No te envió Sigmail al amanecer? —preguntó la mujer de ojos plateados, con una expresión de asombro y curiosidad.
«¿Sigmail? ¿Es ese el Invocador con afinidad espacial?»