Una encantadora niña de rasgos delicados apareció en el marco de la puerta que conducía a la azotea del edificio del jardín de infancia.
Nial se había levantado del suelo, y miró a la niña con una sensación de curiosidad.
Había solo unos pocos niños del jardín de infancia dispuestos a alejarse de él. La encantadora niña frente a él era una de ellos.
Sus ojos púrpura reales se agrandaron al verlo, y sus orejas puntiagudas comenzaron a moverse. Esto causó que su cabello negro y ondulado se agitara.
—Parece una mezcla de estas tres mujeres… pero, ¿por qué? ¿Cómo conozco a estas tres mujeres? —se preguntaba Nial.
Por dentro, la mente de Nial era un caos. No entendía cómo la imagen de tres mujeres desconocidas podía aparecer en su mente. Nunca había conocido a una Princesa Élfica, un humano, y mucho menos a un Oráculo. Pero, ¿por qué la imagen era tan vívida, casi como si la hubiera grabado en su mente?