—Porque nunca esperó conocer a alguien de la raza Creadoriano, mucho menos a sus verdaderos padres, Nial terminó viviendo una vida bastante ordinaria.
—Como un bebé recién nacido, no había mucho que pudiera hacer de todos modos. Había perdido todo su poder y también tenía grandes problemas para moverse. Incluso gatear le tomó una eternidad aprender.
—Tampoco podía hablar. De hecho, ya era bastante sorprendente que pudiera entender el idioma de los seres en el Vacío Empíreo Lacardiano.
—Nial comenzó a aprender algunos hechos interesantes sobre la raza Creadoriano durante las siguientes semanas. Aprendió a gatear e intentó descubrir si estaba atrapado en un sueño, una ilusión o algo similar a una dimensión dividida donde un fragmento de la realidad había sido sellado para ser presenciado por otros seres.