Aunque Nial perdió sus recuerdos del pasado, su mente ya estaba más desarrollada que la de cualquier otro de su edad.
Todavía tenía los típicos arranques de un niño, lloraba con frecuencia y jugaba con Rex y los familiares de los sirvientes en el palacio, pero también era muy diligente.
Incluso antes de poder caminar bien, Nial comenzó a aprender cómo leer el idioma del Vacío Empíreo Lacardiano. No era muy diferente del antiguo lenguaje universal, lo que le facilitó mucho aprender el alfabeto y a leer.
Sus recuerdos del pasado quizás se habían dispersado, pero los recuerdos musculares y los recuerdos lejanos y borrosos que ya no podían ser captados, le ayudaron a aprender a leer. Expandir su conocimiento sobre la historia del Vacío Empíreo Lacardiano y los poderes del Creadoriano era importante.
Era el Príncipe Heredero y tendría que gobernar el Vacío Empíreo Lacardiano en el futuro. Ese era su destino, y no algo de lo que podría escapar así nomás.
