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Mientras el cuerpo y la mente de Nial aceptaban lentamente el poder desellado de la Divinidad Maldita, un alboroto se extendió por todo el Universo, e incluso más allá.
Cada sello creado por el Dios de la Oscuridad fue roto con la aparición de un nuevo Dios con sus poderes. Millones de Demonios fueron arrancados de sus escondites, y las galaxias y sistemas estelares que se habían considerado destruidos o desaparecidos, reaparecieron de repente.
Todo y todos los que pertenecían al Dios Tardío de la Oscuridad resurgieron en el Universo al que una vez habían pertenecido, y fueron reintegrados al sistema.
Fisuras espaciales aparecieron por toda la vasta extensión del Universo y decenas, si no cientos de razas altamente pobladas volvieron al lugar que les correspondía; al lado del Dios de la Oscuridad.
