—¿¡Pero qué demonios estás diciendo?! ¿No sabes que entrar ahí y buscar a la Diosa de los Rumores es un pecado y podrías ser excomulgada por eso? —exclamó Pamela, su voz teñida de incredulidad y miedo.
—¿Y qué? —respondió Desira con despreocupación, no afectada por la advertencia de Pamela.
—Espero que los enemigos que vienen hacia nosotros sean fuertes o no será un desafío en absoluto —interpuso Iraelyn, su ansiedad por la batalla evidente en su tono.
—Solo esperemos que no sean demasiado fuertes. No quiero gastar mis preciados recursos en ellos después de todo —comentó Malifira, sonriente.
—¿Hay mucha comida donde vamos? —preguntó Vivi, sus pensamientos desviándose hacia asuntos más mundanos.
—Espero que haya una sauna. Los lugares fríos suelen tenerlas —esperaba Elena, su mente ya imaginando las comodidades de un manantial caliente.
—¡Sería genial si hay Manantiales Calientes donde vamos! —exclamó Azazel emocionado, sus ojos iluminándose con la idea.