Evie contaba con su compañero, la mancha blanca, que a pesar de su apariencia sencilla y comportamiento tranquilo, demostraba ser mucho más útil de lo que inicialmente parecía.
Ella estará bien.
El corazón de Ren latía fuertemente en su pecho mientras avanzaba presuroso, alerta a cualquier señal de peligro. El bosque parecía extenderse sin fin, sus senderos sinuosos y su atmósfera siniestra ponían a prueba su determinación.
Pero Ren se negó a flaquear. Avanzó con decisión, sus ojos fijos en el horizonte mientras buscaba la esquiva salida que lo llevaría al otro lado.
Mientras tanto, Evie avanzaba, guiada por su instinto e intuición. A pesar de la densa niebla que la envolvía, permanecía imperturbable.
Como Ilusionista, Evie poseía habilidades que le permitían disipar la ilusión del bosque, facilitando su navegación a través del mismo.
Ella sabía que las ilusiones del bosque no tenían poder sobre ella, su mente protegida por sus propias habilidades mágicas.