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—Whoa, ¿esto es? —preguntó Elena, con su voz teñida de asombro mientras miraba hacia arriba los imponentes monolitos.
—No veo nada raro —comentó Evie, frunciendo el ceño en confusión—. ¿Es esto alguna especie de portal que nos transportaría al Cielo?
Azazel soltó una carcajada, un profundo retumbar de diversión resonando en el aire. —Por supuesto que no, habrá escaleras. Muchas escaleras.
—¿Escaleras? —Ren, Evie y Elena intercambiaron miradas desconcertadas, intentando procesar el giro inesperado de acceder al Cielo.
¿Quién habría pensado que involucraría escaleras de todas las cosas? —exclamó sin cita.
—¿Vamos a subir por escaleras? —La voz de Elena llevaba un matiz de exasperación. Ya se sentía cansada solo de pensarlo.
—¿Podemos ir en ascensor? —comentó Evie.
—Ya me siento la prueba —dijo Ren secamente, con una sonrisa irónica asomando en las comisuras de sus labios.
Desira resopló en acuerdo. —Esos ángeles, siempre complicando las cosas.