—Parece que ella está disfrutando un poco demasiado —murmuró Vivi.
—Oye, Iraelyn, asegúrate de apuntar solo a los jugadores de ese gremio —dijo Azazel casualmente, sin preocuparse. Aunque tampoco le importaba si ella mataba a otros jugadores.
Mientras Dragón Dormido continuaba jugando un mortal juego de escondite con Iraelyn, Ren se dirigía a los otros gremios con un tono de autoridad.
—Ahora ven las consecuencias de sus acciones. Les daré algo de tiempo para pensar en mi oferta —declaró Ren—. Sintiéndome magnánimo hoy, les dejaré ir con una advertencia. Pero si no están de acuerdo conmigo, siempre pueden venir y enfrentarme.
León Negro y los otros apretaron los dientes de frustración y rabia. Pelear contra Ren y sus gremios solo podría haber sido manejable, pero con Azazel y sus secuaces en la mezcla, era una historia completamente diferente.