—No te preocupes por el Señor Azazel —dijo Iraelyn cruzando sus brazos confiadamente—. Seguramente ganará. Siempre lo hace.
Vivi estaba claramente alterada, la ansiedad marcada en sus rasgos mientras temblaba en su asiento. —Sí, pero en aquel entonces, él estaba a pleno poder. Ahora... no está ni siquiera en su cuerpo original y le falta su plena fuerza, mientras que Hubrion está a plena potencia e incluso tiene la corrupción dentro de él.
Elena compartía la inquietud de Vivi. —Si lo peor llega a suceder, intervendremos.
—¿Por qué no intervenimos ahora? —preguntó Desira.
Avaris la miró seriamente y dijo —¿Estás segura de que quieres detener este duelo entre esos dos? No están en juego solo sus vidas, sino también su orgullo como demonios.
Desira hizo un puchero, y Vivi soltó un profundo suspiro.
Iraelyn permanecía concentrada en el escenario con una expresión seria. —Si solo hubiera entrado yo primero al escenario en lugar del Señor Azazel, esto no hubiera pasado.