La repentina revelación de la presencia de Desira y Voraxa inyectó una nueva capa de complejidad en la ya desconcertante escena.
El Ejército de la Rebelión esperaba un enfrentamiento directo con Letargia, pero ahora se encontraban frente a la inesperada aparición de dos Señores de la Guerra adicionales.
El aire crepitaba con tensión mientras se desarrollaba la inesperada reunión, dejando ambas partes luchando con las implicaciones de estos imprevistos Señores de la Guerra.
—¡Mantengan sus posiciones! —gritó el líder del Ejército de la Rebelión—. ¡Somos demonios y diablos orgullosos, unidos en el propósito de liberar el Inframundo del opresivo agarre de los Señores de la Guerra!
—¡Hoy, nos mantenemos como una fuerza para desafiar su tiranía, para romper las cadenas que nos atan, y para reclamar nuestro legítimo lugar en los reinos infernales! Ya no nos inclinaremos ante los caprichos de aquellos que buscan controlarnos! —continuó con su arenga.