—¡¿Qué-qué?! ¿Qué está pasando?! ¿Qué me hiciste?! —Salister golpeaba su celda, pero sin éxito.
—Te quedarás en esa prisión hasta que recupere esas almas —declaró Lorelai, colocando tranquila la pequeña celda de prisión de nuevo en su inventario.
—¡Espera! ¡Espera! ¡Déjame salir! ¡DÉJAME SALIR! —Los gritos desesperados de Salister se perdieron en la batalla en curso y en la oscuridad que pronto siguió.
Los espectadores que presenciaron el espectáculo estaban todos aterrorizados y gritaron.
—¡Salister Kane está derrotado!
—¡Salister fue derrotado!
—Así que ese idiota fue derrotado —reflexionó Malifira para sí misma, antes de suspirar—. Menos mal que he obtenido estas almas de él. Parece que tengo que hacer todo yo misma.
—¿¡A dónde estás mirando?! —dijo Desira y lanzó una ráfaga de hechizos en dirección a Malifira—. Vas a morir si no te concentras.