—Alguien que es un maestro Alquimista, sabía de la corrupción e incluso la personalidad de Avaris, y está familiarizado con Letargia... no hay duda, solo podría ser... Malifira, el Señor de la Guerra de la Envidia.
La revelación quedó suspendida en el aire, proyectando una sombra sobre el grupo reunido.
—Malifira... —Elena murmuró el nombre, su voz apenas por encima de un susurro, llevando un dejo de aprehensión.
—Me temo que solo podría ser ella —Vivi secundó con un profundo suspiro—. Ella no solo es una maestra Alquimista, sino también una poderosa maga. Si alguien se atrevió a convertir a Avaris en piedra sin temer por su propia vida, tiene que ser ella.
—Pero ella es tu amiga, ¿verdad? —Elena preguntó, buscando tranquilidad en el tono—. También es un señor de la guerra de Azazel. Seguramente, no lastimaría a sus amigos y compañeros.
Desira y Vivi intercambiaron miradas, y luego desviaron la vista, evitando el contacto directo.