Azazel estaba desconcertado. —Pero yo... solo le dije la verdad.
—¡Podrías haber mentido! ¡Al menos hasta que estemos libres! —murmuró Elena entre dientes, sintiendo cómo el agarre restrictivo de la niebla oscura se intensificaba con cada segundo que pasaba.
—¡No puedo mentir sobre algo así! —replicó Azazel.
—¡Deja de ser un santurrón y comienza a actuar como un demonio! —escupió Lorelai, aún intentando alcanzar a Azazel con sus patadas.
Ren, sin embargo, notó un atisbo de esperanza en medio de la oscuridad sofocante.
A pesar de la restricción en sus habilidades, parecía que todavía podían usar sus ítems.
Una sutil realización alivió una fracción del peso de sus hombros, proporcionando una posible vía de escape.
La lucha contra la energía oscura y restrictiva se intensificó, y Ren y los demás se encontraron atrapados en una paradoja: sus poderes sellados, pero una pequeña ventana de oportunidad se presentaba a través del uso de sus ítems.