Una tensión intensa se asentó sobre la sala mientras sus palabras flotaban en el aire.
Ren, Lorelai y Vivi intercambiaron miradas inquietas.
Antes de que alguien pudiera expresar sus pensamientos, la antes hermosa forma de Desira comenzó a transformarse, deformándose en un semblante grotesco que desafiaba la comprensión.
Su piel, antes suave y radiante, ahora se contorsionaba en una fachada seca y arrugada, aferrándose al esqueleto subyacente.
Sus ojos, antes vibrantes y llenos de vida, se vaciaron en oscuros vacíos que parecían absorber la esencia misma de la sala. Extraños tatuajes adornaban su piel ceniza, brillando en una gama de colores que cortaban la oscuridad.
Feos espinos brotaron de su cabeza, formando una corona retorcida que hablaba tanto de poder como de decadencia.
La propia sala parecía reaccionar a esta transformación, la flora se oscurecía en respuesta al aura antinatural que ahora emanaba de Desira.