—Bien por ti, Nori. Ahora tienes carne para alimentar a toda tu aldea.
—¿Q-qué... QUÉ HAS HECHO?! —gritó Nori a pleno pulmón, con la boca bien abierta, lágrimas y mocos corriendo por su rostro.
—Está tan feliz que está llorando —comentó Evie al lado mientras Ren cruzaba sus manos y asentía.
—Solucionando tu crisis alimentaria —respondió la Princesa Lorelai a Nori con el rostro serio—. No necesitas agradecerme.
—N-n-n-no... —tartamudeó Nori, visiblemente sacudida por los acontecimientos—. M-matar a un gusano morado gigante ya es bastante malo, pero ¿comérselos realmente?...
Nori tomó un bocado de aire antes de soltar otro rugido de indignación, con venas rojas brotando de sus ojos.