Ren recogió cuidadosamente los textos, evidenciando su importancia por su frágil estado. Con la preciosa carga asegurada, se volvió hacia Evie, irradiando ambos una sensación de logro.
—Nuestra misión está completa —dijo Ren—. Volvamos a Salister Kane y aceptemos más misiones de él.
Evie asintió y comentó:
—Extraño esto. Extraño aquellos tiempos en los que solo podíamos hacer misiones y explorar este mundo juntos.
Ren sonrió y suavemente colocó el cabello de Evie detrás de su oreja. —No te preocupes, pronto podremos hacerlo. Serás libre y podrás hacer lo que quieras. Lo prometo.
Evie sonrió, sus ojos fundiéndose en un remolino de emociones. —Mmm...
Al salir del templo, Ren y Evie retomaron sus pasos a través del templo, saliendo de nuevo a la luz del día que entraba por la entrada.
Embarcaron en su viaje de regreso a la capilla del Gran Benefactor, con los textos seguros en su posesión.