El Tablero de Ajedrez, a la vez grandioso y contenido, parecía desafiar las nociones convencionales de escala. Abarcaba una extensión infinita donde los límites del espacio y el tiempo se difuminaban en un tapiz ininterrumpido. Aquí, la Reina Blanca ejercía su dominio, su presencia se sentía en cada rincón del reino.
El ejército de la Reina Blanca, compuesto por piezas de ajedrez intrincadamente elaboradas, se erigía como testimonio de su poder y su arte. Estaban dispuestos en formación resuelta, sirviendo tanto de guardianes como de obras maestras, congelados en el tiempo pero listos para cobrar vida a su comando. Cada pieza poseía un aura única, irradiando con energía de otro mundo que impregnaba el Tablero de Ajedrez con un aire de majestad y poder.
Mientras Ren leía la descripción del aviso que había recibido, más inquieto se sentía. Sería la primera vez que derrotaría a un jefe jugando al ajedrez.
[Efectos Regionales