Ren y Elena estaban impactados y atónitos. La otrora regia y poderosa Reina yacía inerte en su trono, y en su lugar se sentaba una mujer Fey de cabello rojo que caía por su espalda como lava fundida.
Ella tenía un aura de poder y peligro a su alrededor que hacía que Ren y Elena se sintieran incómodos. Sus penetrantes ojos verdes parecían mirar a través de ellos, evaluándolos con una mirada calculadora.
Sin decir una palabra, se levantó del trono y caminó hacia ellos. Cada paso que daba resonaba en la habitación, y era como si el aire se hubiera cargado con una energía invisible.
Elena se quedó paralizada y murmuró en voz baja:
—Dama Russet....
—¿La conoces? —preguntó Ren.
—Es la hermana de la Reina Aurora y actual gobernante del Palacio de Otoño.
—Media hermana —corrigió Russet—. Debes ser la aventurera que fue enviada a investigar el cuerpo perdido de mi media hermana.
Ren estaba desconcertado sobre cómo ella sabía eso, ¿o era parte de la misión?