En el juego, Ren se encontró en la misma posición y con las mismas estadísticas que antes, como si nunca se hubiera ido.
Todavía estaba en Playa Hopten, junto a la balsa con la Princesa a su lado.
—¿Ren?
Ren parpadeó. —¿Qué?
—Dije que voy a dormir un poco —ella sonrió con picardía, sus ojos llenos de diversión—. ¿Seguro que no te unes?
—No —dijo Ren con voz plana, casi demasiado abrupto para su gusto—. Tenía que admitir que esta línea de tiempo lo hacía sentir un poco confundido y desorientado.
La sonrisa de Elena se desvaneció, e hizo una mueca. —Está bien entonces. Puedes vigilar el exterior de la casa de huéspedes mientras yo descanso.
—Eso haré —Ren lo decía en serio, pero parecía que la Princesa había tomado sus palabras como una ofensa.
[¡Tu Nivel de Relación con la Princesa Elena ha disminuido!]
¿Cómo se apaga esta cosa? Ren se preguntó a sí mismo. Esto empezaba a irritarlo. Abrió las configuraciones en su pantalla y ajustó las notificaciones que recibiría.