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¿Iba a compartir la noche con la Princesa bajo un mismo techo?
—¡Definitivamente no!
Si no tuviera a Evie, podría haber reconsiderado. Sin embargo, su amor por ella y su responsabilidad como su pareja no le permitirían actuar o siquiera pensar en poner en peligro su relación con ella.
Incluso en un mundo de ficción.
—¿Qué te pasa? —preguntó Elena a Ren cuando éste se quedó callado.
—Nada —respondió Ren, demasiado repentino para su gusto—. Vamos a completar esta misión —. Así no tendremos que pasar la noche aquí —quiso agregar Ren, pero se contuvo.
Hablar con los aldeanos finalmente los llevó hacia la dirección de la arboleda de bayas cercana.
Mientras se dirigían hacia allí, el sonido de las olas rompiendo contra la arena llenó los oídos de Ren. Cerró los ojos y respiró profundamente, dejando que el aire salado del mar llenara sus pulmones.
Al exhalar, los recuerdos inundaron su mente.
