—Reina Eleanor... —se dijo a sí mismo Ren. A pesar de que ya era madre de dos, también era una de las bellezas en ARCADIA, y tenía su conjunto de fanáticos que estaban locos por una dama madura y refinada como ella.
—¿Quién eres, duendecillo? —preguntó la Reina Eleanor, con una voz fría y autoritaria.
Ren tomó una respiración profunda y avanzó. —Mi nombre es Ren —dijo, intentando mantener su voz estable—. He venido porque quería entrar al Reino Fey.
—¿El Reino Fey? —la Reina Eleanor frunció el ceño y, antes de que pudiera hablar, la Princesa Elena se acercó a su madre y le susurró al oído.
La Reina de los Elfos dio un respingo de choque e incredulidad al escuchar la noticia de que el cadáver de la Reina Aurora no se encontraba en ningún lugar. Esta noticia sin duda sería una gran causa de preocupación para la Reina de los Elfos, ya que la desaparición del cadáver podría tener varias implicaciones para el futuro del reino Elfo.