Leonel golpeó la mesa con sus manos ante su buena idea —Me mudaré aquí mismo ahora. ¿Quizás también debería cambiar de escuela?
A pesar de todo, Ren logró esbozar una pequeña sonrisa —Tienes clases, ¿verdad? Y ninguna universidad te aceptaría tan avanzado el semestre. Solo nos quedan como dos meses de clases.
Los hombros de Leonel se desplomaron —Auch... odio cuando tienes sentido.
—Siempre tengo sentido.
Los dos continuaron hablando, y Leonel finalmente convenció a Ren de volver a la escuela.
—¿Estás seguro de que irás? —Leonel entrecerró los ojos hacia Ren, tratando de ver si estaba diciendo la verdad.
—Ya te dije que iré.
—¿Seguro?
—Ya vete. Vas a llegar tarde y todavía tengo que bañarme —Ren luego cerró la puerta en la cara de Leonel.
Afuera, todavía se escuchaba la voz alta de Leonel —¡Lo prometiste, ¿de acuerdo? ¡No te eches para atrás ahora! Iré más tarde a tu escuela para verificar!
—¡No lo hagas!