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—¿Quieres tocarlo?
Mirándolo con sus ojos abiertos, Ren casi lo pierde cuando esos grandes ojos inocentes y húmedos le derriten el corazón antes de que su sorpresa se convierta en timidez.
Evie bajó la cabeza y ahogó un bajo "Mm..."
Sus dedos temblorosos alcanzaron el borde de sus calzoncillos y lentamente lo bajaron. Su respiración se entrecortó, y el fuerte latido de su corazón le dolía en el pecho cuando vio su pene liberarse de sus calzoncillos, botando hacia arriba y abajo antes de apuntar hacia su estómago.
Ella pensó que ya estaba preparada, pero nada la podría preparar para su tamaño real, junto con un grosor espeso y una punta rosa muy hinchada. Apostó a que no podría rodearlo con su dedo, y una sensación cálida inundó su núcleo, extendiéndose a través de su cuerpo, especialmente a la vista de sus vello púbico bien recortado adornando su pelvis.
Notando su mirada, Ren preguntó con los dedos cubriendo su boca, desviando la mirada.