La atención de Ragnar fue capturada por la voz que resonaba en el pasillo. La voz era tan familiar que podía reconocerla incluso si estuviera dormido.
Aunque se repitiese a sí mismo que no quería tener nada que ver con la dueña de esa voz, su conciencia no le permitía ignorarla. Además, solo comprobaría que no fuese ella, y luego volvería inmediatamente con Roz.
Ragnar rezó en silencio esperando estar equivocado, pero cuanto más se acercaba, más clara se hacía la voz. Cerró los ojos con fuerza al saber que era, de hecho... Silvia.
Silvia estaba sola por alguna razón y se enfrentaba a otro grupo llamado Pitón Oscuro —el grupo de su archienemiga, Trixie, y su novio—. Estaban acosándola.
Ragnar no quería tener nada que ver con la situación.
Solo quería confirmar de dónde venía la voz, y ahora que había confirmado que de hecho provenía de su prometida, él se largaba de allí.