Trixie frunció el ceño. —Heh. No me hagas reír. Sabemos que es tu débil intento de asustarnos.
—Es el último ronroneo de un gato antes de morir —añadió Roberto con una sonrisa burlona, haciendo reír a los demás.
—Escucha aquí, Orco —Trixie dio un paso adelante y apuntó con sus uñas pulidas contra Ragnar—. Será mejor que te vayas ahora si no quieres dol–.
El arma de Ragnar se elevó como un ave de caza, desgarrando al grupo de Pitón Oscuro como garras. El disparo silbó en el aire mientras cortaba a múltiples jugadores con un siniestro chirrido.
Un tiro magistralmente cronometrado, que aterrizó con un golpe casi agradable al oído, hizo que Trixie y su equipo volaran por el aire como un pino de bolos golpeado por una bola de boliche.
Dado que Trixie estaba al frente, ella recibió la mayor parte del impacto del ataque de Ragnar. En un abrir y cerrar de ojos, se encontró repentinamente en el aire, y no pudo entender lo que sucedía mientras el entorno giraba ante sus ojos.