—La belleza de cabello negro era una Banshee Segadora.
Ren revisó las estadísticas de la Segadora y encontró que no había nada de qué preocuparse. Si acaso, la pequeña rabieta de Evie era más difícil de manejar.
Hasta ahora, seguía pisoteando sus botas y se negaba a encontrarse con su mirada. Parecía estar fingiendo no saber que sus tacones estaban taladrando sus zapatos.
Ren pensaba que su novia era realmente encantadora. Era tan adorable que accidentalmente se hizo sentir culpable pensando que era su falta que ella estuviera celosa.
Realmente no había nada de qué ella debería preocuparse. En esta vida y en la siguiente, él le sería fiel.
Ren siempre hablaba con acciones y no con palabras e inmediatamente quemó a la banshee con un desliz de su cetro. Con suerte, Evie vio que él no estaba ni un poco cegado por hermosas apariencias ni por el encanto de la carne.