Desde el principio, Ren no debería haber hecho eso. No había razón para que él fuera tan lejos para protegerla, a menos que...
Los pensamientos de Evie volaron a aquel momento en el Cuartel General, cuando le preguntó a Ren lo que sentía hacia ella...
—¿Podría ser?
No había otra explicación.
Las señales eran claras de ver, pero ella se negaba a mirar. La verdad era suficientemente ruidosa para que ella oyera, pero ella se negaba a escuchar. Todo porque sabía que al final del día, era imposible para ella estar con él sin importar lo que sintieran.
Evie admitió que había caído sin siquiera notarlo. Se le recordaba que no estaban destinados a ser cuando él de repente tenía novia además de su razón existente: su familia.
No importa cuánto tratara de distanciarse de Ren, terminaba anhelándolo.
Habían conocido a través de una circunstancia imprevista. De las innumerables posibilidades, sus caminos se cruzaron como si estuviera predestinado.