En el Bosque de Kalibo, cerca del asentamiento humano, Isolde y Leonel, junto con Garras Rasgantes, estaban en medio de la caza de un Jefe Oculto.
Salieron cuando cayó la noche, ya que el Jefe solo se manifestaba una vez que la luz desaparecía y la oscuridad tomaba el control.
En la jungla, un pequeño arroyo salobre salpicaba un fresco aroma de agua y rica descomposición. Debido a la quietud circundante, sus ojos podían incluso vislumbrar una pequeña criatura del bosque, huyendo de árbol en árbol. El ruido de sus actividades era casi inexistente, y la vegetación circundante absorbía los ecos restantes.
Garras Rasgantes era un gremio emergente con un patrocinador acaudalado, razón por la cual podían permitirse contratar a Conquistador del Mundo para ayudarles a matar al Jefe. La información del Jefe Oculto no había sido barata, pero Garras Rasgantes confiaba en que su inversión les retornaría diez veces después de matarlo.