—¡Elige, dama, o quedarás atrapada aquí para siempre! —Evie no se sentía ni un poco intimidada por su exigente y chillona voz. Lo único que quería era olvidarse de todo esto.
Aunque lamentaba la idea de perder hipotéticamente su ATP y objetos, pensaba que debía despedirse de ellos porque iba a reiniciar su cuenta. ¿Quizás se volvería como Ren y adquiriría una clase rara? ¿Tal vez una Nigromante o Mago del Crono?
Un rol de DPS como un Espadachín o un Bruto y Monje sería genial, así podría estar en las líneas del frente mientras Ren lanzaba su hechizo desde atrás.
Evie estaba tan obsesionada con esas ideas que no se dio cuenta de la razón por la que quería convertirse en una de ellas. Todo estaba relacionado con apoyar a Ren —el jugador al que quería que la reconociera y también la razón por la que se había convertido en lo que era ahora, de pie aquí dentro del vientre de un Jefe Mundial.