—Entonces... —intervino Evie—. ¿De qué Jefe Mundial estamos hablando aquí?
La atención de Ren se desvió hacia ella y una sonrisa perezosa se extendió por su rostro.
—Hay algunos —les dijo, con las manos extendidas sobre el gran mapa de Arcadia encima de la mesa—. El que tenemos la oportunidad de derrotar vivía al oeste en el Continente de los Humanos.
Leonel frotó sus manos una contra la otra.
—Oh. Eso significa la tierra de nuestra verdadera raza.
—Pero no se equivoquen —advirtió Ren—, aunque dije que podemos derrotarlo, aún necesitamos cientos de jugadores para reducir sus PV a la mitad.
—Así que ahí es donde entraron los gremios —dijo Evie.
—Así es. En la lucha contra un Jefe Mundial, no importaba si pertenecías a los gremios o jugadores de élite. Quien mate a la bestia es el ganador. Nuestro trabajo es asegurarnos de que seamos nosotros quienes la matemos mientras todos los ojos están puestos en nosotros.
—Suena... —Leonel se rascó la cabeza—. ...complicado.