Evie soltó una pequeña risa, y las orejas de Ren se levantaron. Las risitas le recordaron la próxima Navidad, en tres meses.
—¿Qué tiene tanta gracia? —preguntó.
—Mm... Es solo que... no eres tan frío e inalcanzable como pensaba. La primera vez que nos encontramos en el juego, estabas ocultando tu apariencia y había un aire invisible a tu alrededor que alejaba a todos.
Era porque estaba con ella. Pero Ren ocultó el verdadero motivo detrás de una risita. —Tú eres igual.
Evie rió entre dientes. —Supongo que no tenía derecho a decir algo así —sabiendo que ella también era igual. Estaba alejando a los demás porque no quería el apego. Solo sería un obstáculo en el futuro.
Aunque con Ren, Evie no podía evitar acercarse. No es que estuviera planeando hacerlo en primer lugar. Algo de él la atraía y ella sabía que no había vuelta atrás una vez que empezaba.