Evie estaba a punto de decir que estaba de su lado cuando docenas de sus compañeros de clase entraron en la habitación, y el ruido se volvió más y más fuerte hasta que no podían oír nada. Sería inútil hablar en este punto, ya que la habitación se había convertido en un altavoz.
Al lado, Sofía, Rayna y su grupo de amigos miraron a Ren con ojos escrutadores.
—Bueno, fue divertido mientras duró —dijo Sofía con una risa.
—¿Qué quieres decir? Ni siquiera te has acercado a él —dijo otro.
Sofía frunció el ceño. —Me alegro de no haberlo hecho. No quiero estar asociada con un tipo en la lista negra de la familia Alvarez. Ya no tiene futuro.
Las chicas se rieron entre dientes mientras los ojos de Rayna se fijaban en Ren. Ella se regocijaba por el giro de los acontecimientos. Cuanto más Ren sucumbía a la depresión y al bajo estatus, más vulnerable y fácil de controlar sería.
Pronto, volvería a ser Ren, quien no valía la pena mencionar.