Roy ignoró las miradas extrañas que se dirigían hacia él.
Estaba en su propio mundo, perdido en pensamientos profundos.
—Caos logró transformarlos en su espada y su hielo. Yo debería poder hacerlo también. Pero esta vez, no causarán destrucción ni ayudarán a que Caos crezca. Seguirán mis órdenes para prevenir el fin del mundo. Trabajarán para mí y el bien del mundo y destruirán los templos de Caos, matarán a sus sirvientes y creyentes y erradicarán todo signo de su existencia en el Lejano Oeste.
El Lejano Oeste necesitaba ser salvado de las manos de Caos. Porque sin un mundo, ¿cómo sobrevivirían él o cualquier otro humano?
Así, igual como provee a todo ser vivo, él debía ayudar incondicionalmente.
