El sonido de las armas chocando y de los hechizos explotando resonaba en el entorno.
En el centro de todo, un poco más de veinte personas estaban de espaldas unas a otras, enfrentándose a docenas de Sátiros, cuyos rangos eran Rango Deimos y superiores.
El Más Fuerte entre este grupo de Monstruos era un Monstruo Alfa de Rango Empíreo, cuya mirada parecía lamer los cuerpos de las mujeres que estaban frente a él en su mente.
—No está mal —dijo el Monstruo Alfa de Rango Empíreo con una sonrisa—. Una combinación de belleza, así como de fuerza para respaldarla, todas vosotras chicas os convertiréis en las yeguas reproductoras perfectas para nuestra raza.
—¡De ninguna manera querremos convertirnos en vuestras yeguas reproductoras! —gritó Alicia mientras se ponía delante de Iris, Cai, Henrietta, así como de los miembros de su gremio, Serenidad.
El Monstruo Alfa se rio después de escuchar la respuesta llena de odio de Alicia.