Mientras pasaban por los distintos sistemas estelares, Max notó algo extraño en la forma en que estaban dispuestos los planetas. Más de una docena de ellos parecían no tener habitantes en absoluto, pero su disposición era exactamente igual, imitando el mítico Sol, el mundo natal de la humanidad, en que el tercer y cuarto planeta del sistema eran habitables, así como una luna alrededor de un gigante gaseoso.
Estaba claro que tantos sistemas cercanos consistiendo en disposiciones planetarias idénticas, hasta en la composición atmosférica, no podían ser naturales, pero los sensores indicaban que todos habían sido extraídos de sus principales recursos naturales y abandonados, dejando atrás solo vida no consciente.
Algunos planetas todavía tenían flora y fauna vivas, pero algunos estaban completamente desolados, destruidos por la fuerza o industria que había causado que los arquitectos de su diseño los abandonaran.