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—Max se cambió de su traje de piloto a una ropa más extravagante que Nico había preparado para él y lideró el camino hacia el transbordador. La mayor parte del tiempo, esta era la parte más angustiosa del trato, donde los líderes de tu equipo estaban expuestos, en un vehículo ligero, de camino a hablar con un socio comercial en el que nunca se podía confiar completamente.
Tenían mucha fe en la buena voluntad de las Fuerzas de Cygnus, al menos en este punto, cuando los Segadores les estaban ayudando a tomar un gran número de otros planetas también, pero eso no duraría para siempre. Una vez que ya no fueran vitales para el plan, siempre habría la posibilidad de que les traicionaran o que los términos de los pagos cambiaran repentinamente.
Esa era la razón principal por la que el segundo al mando solía ser el enviado a estas reuniones. Se confiaba en ellos para hacer el trabajo, pero la compañía no se derrumbaría sin ellos, y eran recompensados acorde a ello.
