Cuando Nico y Max entraron en la Sala de Juegos, todos los que estaban afuera los siguieron, anticipando que alguno de los demás Pilotos los desafiaría a una partida para ver cómo sus habilidades se comparaban con las fanfarronadas de Nico.
Sentados en la última fila de la sala, un flamante nuevo conjunto de simuladores Corvette de Patrón Comor estaban alineados, esperando por un desafío. Nico caminó directamente hacia ellos con una sonrisa y se giró para enfrentar a los demás Pilotos.
—¿Qué dicen, chicos? ¿Listos para que les enseñe una lección? —preguntó, provocando una ronda de burlas del público.
—Claro, nena. Podemos hablar de los términos de la apuesta después de que yo gane —le dijo uno de los pilotos con un guiño, haciendo reír a Max.
—Estoy bastante seguro de que se refería a todos ustedes, al mismo tiempo. Créanme, van a necesitar el refuerzo —sugirió Max.