La chica voló hacia su hermano. Sin embargo, en vez de esperarla en el balcón, el Emperador bajó personalmente.
—¡Hermano, lo hice! —exclamó ella mientras su hermano se acercaba a ella.
Su hermano no le prestó atención y simplemente voló más allá, lo que la sorprendió. Su hermano todavía tenía algunas preocupaciones en su rostro.
El Emperador aterrizó en medio del campo de batalla, echando un vistazo a las cenizas. —Comprueba si encuentras algún anillo de almacenamiento. Yo voy a entrar.
Después de dar órdenes a sus hombres, el Emperador entró a la tumba como si estuviera buscando algo.
Los Guardias de las Sombras no intentaron seguirlo ya que todas las amenazas habían sido eliminadas. Ya podían sentir que no había nadie dentro de la tumba, así que el emperador estaba seguro.
En cambio, enfocaron su atención en tratar de encontrar algún anillo de almacenamiento que el Emperador había pedido. Registraron las cenizas, pero no encontraron nada.