—Ya que te estás disculpando, supongo que entendiste mis intenciones —preguntó Karyk, dándose cuenta de que debido al miedo, el Enviado estaba intentando justificar todo en su mente.
Como su mente estaba nublada en ese momento, proporcionaba muchas oportunidades para explotarla.
—Creo que sí —respondió el Enviado, recuperando la compostura y enderezando su postura. Sin embargo, el respeto inquebrantable en su mirada persistía.
—¿Es así? —La voz divertida de Karyk resonó en los oídos del hombre—. Déjame escuchar lo que entendiste. Quiero que me lo cuentes todo. Incluso quiero saber cuán astutas son las personas bajo Su Majestad.
El Enviado dudó un momento, antes de responder. —Nos dijeron que hiciéramos que las Familias Corazón Gélido y Espina Plateada se enfrentaran entre sí para que la Familia Caída Estelar pudiera tomar control de toda la ciudad.