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Karyk echó un último vistazo hacia las profundidades de la Tierra del Caos antes de comenzar a partir.
—Oh, una última cosa —de camino de vuelta, él agarró el hilo—. Estoy seguro de que no tengo que decírtelo, pero esta vez, no deberías enviar a las Bestias No Muertas a atacar la Ciudad fronteriza. Será malo si pierdes tus fuerzas antes de que incluso seas liberada.
—Aunque los mate, puedo traerlos de vuelta a la vida. ¿Entonces cómo perderé mis fuerzas? —preguntó la mujer, como si mirara a Karyk con desdén—. Pero no te preocupes. No los enviaré.
—Quién sabe. Si yo los matara, podrías encontrarlo 'muy' problemático traerlos de vuelta —Karyk se rió mientras movía la cabeza—. Aunque es bueno que ahora estemos en la misma sintonía.
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Karyk alcanzó el borde exterior de la Tierra del Caos, desde donde podía ver claramente las murallas de la ciudad. La mayoría de las murallas aún estaban incompletas, en proceso de ser reparadas y ampliadas.
