La espada del Capitán Pirata cortó el viento, acercándose al cuello del hombre. El hombre apretó el puño, preparado para la muerte.
Justo cuando la espada del Capitán Pirata estaba a punto de golpear al hombre bien vestido, un borrón de movimiento captó la atención de todos.
En un instante, Karyk apareció al lado del hombre bien vestido, agarrando la muñeca del hombre para detener el movimiento de la espada.
Los ojos del Capitán Pirata se abrieron incrédulos al ver la cara enmascarada de Karyk.
—¿Quién eres tú? —exigió, su voz teñida de ira y sorpresa.
Karyk no respondió, en cambio, apretó su agarre. El Capitán Pirata se retorció de dolor, su agarre se debilitó y la espada se le cayó de la mano.
Karyk agarró el filo de la espada, controlando con gracia el movimiento de la misma.
Con un solo movimiento, envió un poderoso arco de energía que cortó al Capitán Pirata y a los hombres que estaban detrás de él.