Los ojos del hombre erudito estaban abiertos de par en par, mostrando tanto shock como asombro, incapaz de comprender el poder que Karyk poseía.
Karyk caminó hacia él, sus pasos ligeros al acortar la distancia entre ellos. Extendió su mano, devolviendo la bolsa al hombre erudito.
—Ya no tienes que huir —dijo Karyk con suavidad—. Me he ocupado de los piratas.
El hombre erudito tomó la mano de Karyk, sintiéndose extremadamente agradecido. Su voz temblaba al hablar, todavía luchando por procesar lo que acababa de suceder.
Estaba seguro acerca de la identidad de Karyk, lo que lo intimidaba aún más.
Si Karyk era en realidad un General en la Capital Real, eso significaba que estaba en una misión del Emperador. Mientras un General estaba fuera de la Capital, tenían una gran autoridad.