Los ojos de Karyk se endurecieron al girarse para enfrentar al Patriarca, su presencia comandaba la atención de todos en los alrededores. La inquietud del Patriarca era palpable, pero rápidamente recuperó su compostura.
—Vaya, vaya, si no es Karyk, el ladrón. Pensar que aún estás vivo —el Patriarca escupió con desdén, intentando enmascarar su inquietud—. Llegas justo a tiempo para presenciar la caída de tu querido amigo.
La voz de Karyk se mantuvo firme, con un peso que silenciaba el entorno. —Déjame decirte que tú, ni siquiera este reino entero, puede hacerle daño a mi amigo ¡Antes de que yo esté a su lado!
La tensión en el lugar escaló, el aire chisporroteaba con energía suprimida. Los miembros del Clan Sangre Nether intercambiaban miradas inquietas, presintiendo la dinámica cambiante entre ellos.